Solemos hablar de la importancia de definir nuestro cliente ideal o buyer person, de ser claros en nuestra comunicación, de pulir nuestra identidad digital, de hablarle a cada quién según nuestro objetivo y según el grado que tenga de conocimiento de nuestra existencia, ahora bien ¿lo estamos logrando? ¿Qué nos dicen las métricas?

¿Nos están escuchando? y más aún ¿Nos están escuchando quienes queremos que nos escuchen? 

No, no me digas lo que te parece, cuéntame lo que dicen los números. 

Trabajemos sobre nuestros sesgos, intentemos minimizarlos al extremo. Para eso, confiemos en las métricas, los números, los datos, los que nos van a brindar información no sesgada sobre nuestros seguidores, sobre sus comportamientos, sobre el modo en el que están recibiendo nuestros contenidos, etc.

Cuando hablamos de números nos referimos a los números de verdad, no a la cantidad de “me gusta” que tuvo tu último post en Instagram. Hablamos de los datos que nos brinda cada una de las redes sociales que estemos trabajando y en función de los cuales debemos tomar nuestras decisiones sobre nuestra comunicación estratégica.

Todas las redes sociales, y los sitios web, nos brindan las herramientas estadísticas y de análisis que necesitamos para saber si nuestro contenido está siendo recibido, cómo y por quiénes.

¿Por qué conocer nuestras métricas es tan importante?

En principio su género, su localización y sobre todo el horario en el que se conecta a la red social que estás analizando. 

Puede que nuestra publicación tenga visualizaciones, pero no sea de nuestro cliente ideal.

Puede que le estemos hablando a nuestro público ideal pero no nos escuche porque no estamos usando el tono correcto.

Puede que estemos usando el tono correcto para comunicarnos con nuestro cliente ideal pero no lo estemos haciendo en el horario indicado. Y esto es clave, porque sea cual sea la red social de la que se trate, exceptuando YouTube y Pinterest, la interacción en los primeros minutos de publicado el contenido es definitoria para la vida útil que ese contenido tendrá. 

Por eso, definido y creado el contenido, es fundamental publicarlo no solo en la red social que usa nuestro cliente ideal, sino también en el horario en el que está conectado, de modo que nos vea, nos escuche, e interactúe con nosotros.

Si bien cada red social tiene más o menos los mismos días y horarios de “prime time”, lo cierto es que los mejores horarios para publicar TUS contenidos son los horarios en los que TU público está conectado en esa red social en la que estás por publicar. 

Sí, claro, al principio tendrás que probar, arriesgar, analizar, evaluar. Habrá que generar los datos que te permitan sacar conclusiones, tomar decisiones informadas.

Tómate el tiempo: prueba, analiza; insiste, analiza; haz pequeñas variaciones; analiza… y así sucesivamente. Sin ansiedad.

Buscamos construir comunidad y la construcción de cualquier vínculo lleva tiempo, paciencia, dedicación. 

Encontrarás múltiples herramientas de organización por ahí, la mejor es la que mejor te funcione. 

Lo importante es que tengas una herramienta que te permita registrar con facilidad y visualizar el período que vas a analizar.

Te compartimos las que usamos en Solzimer por si te sirve de puntapié para encontrar tu propia organización, pero insistimos con que lo único importante en este sentido es que te funcione.

Registra los datos de cada período, al menos los datos sobre tu público y el detalle de la publicación que tuvo mejores resultados y la que tuvo peores, analízalas, desmenúzalas, corrige, vuelve a probar. 

Toma decisiones informadas. Toma decisiones inteligentes. No publiques basada en emociones, hazlo basada en datos.