Para avanzar de un punto a A un punto B, para llegar a ese lugar en al que queremos llegar, para hacerlo con el menor tiempo, costo y riesgo posible, nada mejor que un mapa, un GPS que nos oriente. En nuestro caso, nuestro mapa, nuestra guía, nuestra referencia es nuestra estrategia de comunicación.

Es clave conocer los elementos que componen nuestra estrategia de comunicación, tenerlos en claro para poder pensarlos y, sobre todo, analizarlos, evaluarlos, optimizarlos.

Hablemos de ellos:

  • Target o Público objetivo y Buyer person o cliente ideal: nos referimos a esa audiencia, ese segmento al que nos dirigimos y ese cliente ideal o buyer person al que le hablamos directamente. Hablamos de la información sobre a quiénes les hablamos, quiénes son, dónde están, qué redes sociales usa, cuál es su comportamiento digital, cuál su rutina diaria, a qué hora se conecta, etc. Todo lo que podamos conocer, conozcámoslo y usémoslo a nuestro favor, usémoslo para poder hablarle directamente a ese cliente ideal.
  • Tono de comunicación: es decir, cómo le hablamos a nuestra audiencia. ¿Qué lenguaje estamos usando? ¿Qué tono? ¿Lo estamos interpelando? ¿Qué queremos que haga con nuestras publicaciones? ¿Se lo estamos dejando claro? ¿Cuál es nuestra frecuencia de publicación? ¿En qué horario publicamos? ¿Estamos cuando nos requieren? ¿Respondemos a sus consultas? ¿Tenemos un protocolo de respuesta? Recordemos que esto también forma parte de nuestra identidad digital y que también construye la reputación de nuestra marca, eso que queremos que sea siempre óptimo.
  • Objetivos SMART: ¿Qué buscamos en cada período y con cada publicación? ¿Cuáles son nuestros objetivos específicos, medibles, alcanzables, relevantes, realistas y definidos en un lapso de tiempo específico? Es clave tenerlos en claro para saber hacia dónde nos dirigimos, qué queremos alcanzar, cómo planeamos hacerlo y, finalmente, poder analizar si lo logramos o no y, en cualquiera de los casos, por qué.
  • Métricas: bajo el lema “lo que no se mide no se puede mejorar” y “datos, no opinión”, insistimos con la importancia de registrar y analizar los resultados de nuestras publicaciones, comparar los períodos, analizar si alcanzamos o no nuestros objetivos, pero también los por qué (tanto si los alcanzamos como si no los alcanzamos). ¿Cómo vamos? ¿Lo estamos logrando? ¿Cuáles son nuestros resultados? ¿Qué debemos ajustar para el siguiente período?
La importancia de contar con una estrategia de comunicación

Al analizar los resultados veremos que los objetivos que nos planteemos no solo nos permiten informarnos —a cada objetivo le corresponde una métrica— cómo está yendo nuestra comunicación, también nos organizarán los contenidos del mes en torno a ellos. Del mes en curso y de los siguientes.

¿Cuáles son los objetivos del período? ¿A quién le estamos hablando? ¿Cómo le estamos hablando? ¿Nos está escuchando? Preguntas clave que se nos ordena con una estrategia de comunicación. 

Recuerda:

Más información, acciones más inteligentes. 

Acciones más inteligentes, resultados más probables y acertados. 

Mejores resultados, crecimiento ordenado, predecible y escalable. 

Todo para ganar.