Tengamos presente que nuestras redes sociales persiguen el objetivo de crear comunidad y que una comunidad no se crea si no conocemos a nuestra audiencia, la escuchamos, identificamos sus deseos, puntos de dolor, necesidades y le compartimos contenido que pueda resultarle de valor. Con eso en mente, te compartimos una manera de pensar la creación de contenidos para redes sociales. 

Como siempre, hay numerosas maneras de organizar los tipos de contenidos que podemos generar, recordemos que hablamos de comunicación, no de cirugía a corazón abierto.

Como siempre, te compartimos una de esas, la que mejor nos funciona en Solzimer, con el objetivo de que te sirva de inspiración para arrancar y puedas encontrar la que mejor te resulte, la que te funcione, la que puedas sostener. 

Contenido de venta: es, en general, el primero que se nos ocurre. Solemos presentar nuestro producto con sus características particulares, su precio, las condiciones de envío y/o retiro, promociones, ofertas, etc. Es decir, el contenido que tiene por objetivo, vender. 

Contenido educativo: nos referimos al contenido que tiene por objetivo, justamente, educar (no hay misterio). Los tutoriales, ebooks, webinars, el contenido DIY (do it yourself) son los contenidos por excelencia de esta “categoría”. Pensamos en nuestro producto o servicio y vemos qué podemos enseñar al respecto. Cómo hacerlo nosotras mismas, cómo usarlo, cómo aprovecharlo mejor, etc. 

Contenido informativo: sí, el que tiene por objetivo informar, tampoco hay misterio, pero hay que diferenciarlo del anterior. Informar por ejemplo sobre nuevas leyes que afecten a nuestra comunidad, cambio en determinadas políticas —desde lo macro hasta lo micro—. Ejemplo: si han cambiado los requisitos para obtener una visa en particular, o si hay nuevos requisitos de salud que hay que cumplir para tomar un vuelo y nosotros tenemos una agencia de viajes y turismo, estas son noticias que deberemos informar. Si somos asesores en finanzas y en el país en el que trabajamos hay un nuevo impuesto, esa es una información que debemos dar a nuestra comunidad. Y no solo darla, lo ideal es compartirla con explicación, traducida a nuestro lenguaje común, el que creamos con nuestra propia comunidad.

¿Cómo pensar nuestros contenidos? ¿Cómo crear y equilibrar contenido de valor para nuestra comunidad?

Contenido inspirador: exacto, aquel contenido que inspira. Ojo que no estamos obligadas a compartir frases “inspiradoras” de sobrecito de azúcar. Es importante que lo que compartamos no sea impostado, que tenga que ver con nuestra propuesta, con nuestra marca, que dialogue con nuestra comunidad, que le aporte. 

Lo que compartamos será entonces aquello que consideramos que pueden inspirarlos realmente, no las frases que “se supone” que están bien… funcionan o están de moda en algún nicho. 

La belleza nos inspira, pero también el horror. Hay contenido que nos inspira a actuar, a cambiar las cosas que no están bien en el mundo que nos tocó. Nos puede inspirar una frase amorosa, tanto como una historia de lucha o de las cosas que no salieron como queríamos. No publiquemos por publicar y mucho menos, publiquemos solo por “tendencia”. Podemos crear mucho contenido que inspire a nuestra comunidad, tanto más cuanto más la conozcamos. 

Contenido de crecimiento: se refiere a todo aquel contenido que lo que busca es hacer crecer la marca, la cuenta, la red. Hablamos de colaboraciones (pagas o no), de pauta publicitaria, de campañas de influencers, pero también de sorteos y concursos. Diferentes acciones que busquen que nuestra cuenta llegue a más usuarios. 

Contenido de entretenimiento: literal, todo aquello que busque entretener a nuestra comunidad. Qué cosas vinculadas a nuestro producto o servicio pueden lograr entretener a nuestra comunidad. Ejemplos hay miles y si bien los memes son el contenido por excelencia de este tipo de contenido, también podemos ir a más. 

Por ejemplo, si tenemos una cuenta de cocina podemos compartir la playlist que nos gusta poner para cocinar (o incluso tener playlist diferentes para postres que para platos principales de invierno). 

Si volvemos a ser asesores en finanzas, podemos recomendar películas en donde haya personajes, protagónicos o no, de mujeres económicamente independientes, puedo proponer diferentes trivias y encuestas que tiendan al entretenimiento (entretenimiento, que no necesariamente tiene que ver con el humor, hablamos de entre-tener, de tener-entre, de lograr que se queden a gusto con nosotras). 

Tenemos una cuenta de viaje y generamos una votación entre diferentes destinos.

Tenemos una cuenta de diseño y proponemos una encuesta sobre colores o estilos, etc. 

Contenido de validación. Sí, la reseña de clientes felices es el contenido por excelencia de esta categoría. Tenemos que pensar en todo aquel contenido que nos valida, que nos respalda para el servicio que ofrecemos. Puede ser nuestra educación, formal e informal, nuestra experiencia, nuestro recorrido, los casos de éxito, las recomendaciones en general, tanto de clientes como de pares, etc. 

Hemos hecho un pantallazo por una tipología posible de contenidos que nos ordena, nos inspira, nos invita. No es la única ni hay por qué cumplirla entera, pero nos propone un equilibrio, pensar la comunicación de nuestra marca en un período de tiempo (mensual es una buena medida), nos ayuda a recordar que el centro de nuestra comunicación no somos nosotros, nosotras, sino nuestra comunidad y hacia ella destinamos los contenidos que creamos.

Cuando más valor tengan esos contenidos, más sólida será nuestra comunidad. 

Y recordemos que estos contenidos deben estar insertos en estrategias de comunicación y esas estrategias combinadas con los diferentes estadíos del funnel o embudo de conversión.

No intentemos vender a quién aún no nos conoce, démosle a cada quién el contenido que le sea más útil. 

Contar con un archivo de acopio de material, segmentado por contenidos, puede ser una muy buena práctica. También un planificador de contenidos. Te compartimos los que usamos en Solzimer para no quedarnos nunca sin material interesante para compartir.

No te quedes sin ideas, incorpora la práctica del acopio a tu rutina y disfruta de comunicar tu marca.