¿Publicas cuando puedes o cuando quieres? ¿Lo que publicas depende de tu agenda o de tu planificación? ¿Te haces el tiempo para programar contenidos? ¿Los programas para los días y horarios adecuados? ¿Analizas las métricas constantemente para ajustar tus acciones?

Hemos hablado de la importancia de publicar en el horario en el que nuestro público está conectado. Los contenidos, en la mayoría de las redes sociales, tienen una vida útil muy breve. Si los usuarios que navegan las distintas redes no están ahí cuando se publicaron, es muy probable que se les escapen, que ya no los vean.

Dijimos en otras oportunidades también que no hay un único “buen horario” válido para todas las marcas, propuestas y proyectos. Evidentemente, no tendrá los mismos horarios una cuenta de un DJ, una de turismo, que una de finanzas o un estudio de abogados. 

¿Por qué es importante programar los contenidos de tus redes sociales?

Tendremos que publicar, entonces, en el horario en el que NUESTRO público está conectado. ¿Cuándo es eso? Lo sabremos analizando correctamente los datos.

Cuando más conozcamos a nuestro público más capaces seremos de crear contenido de valor y calidad para ellos, más nos convertiremos en referentes, lograremos una comunidad fidelizada a base de conocerla y saber lo que busca, lo que le podemos ofrecer, lo que necesita de nosotros.

¿Cómo hacemos para estar disponibles en el momento en el que nuestro público está conectado a cada una de las redes? ¿Cómo lo compaginamos con nuestras actividades diarias?

Programando.

Es fundamental que nuestra estrategia de comunicación no dependa de nuestra agenda ni de la creatividad con la que contemos cada día. No dejemos la comunicación para el final, para después de hacer todo lo que tenemos que hacer. Pensemos nuestra comunicación a la par de nuestra producción. Y, sobre todo, disfrutémosla: es el único modo que tenemos para sostenerla en el tiempo.

Cada red social incluye su propia herramienta de programación.
En el caso de Meta, lo que te sugiero es ir a la Suite de Meta y programar tus contenidos tanto para Facebook como para Instagram desde allí.

Te resultará más sencillo y visualmente mucho más amable. Podrás publicar en ambas editando los contenidos según las herramientas de cada una de ellas.

Dato: deja de vincular los contenidos de manera automática. Tómate el tiempo, es poco, créeme, para editar lo que sea necesario en una y en otra. 

A modo de ejemplo: nada más horrible que ir a Facebook y leer un post que dice “link en bio”. Eso no solo no funciona. También cuenta, también habla de nuestra marca. Si nosotros no le ponemos amor y dedicación, ¿por qué esperamos que lo hagan aquellos a quienes buscamos interesar en nuestra propuesta? 

Pensemos del otro lado, pongámonos en el lugar del usuario al que queramos llegar. 

Preguntémonos si estamos comunicando de manera clara. Preguntémonos si a nosotros nos interesaría ese contenido, si lo descargaríamos, si lo compartiríamos, si nos lo guardaríamos, si nos haría gracia, etc. No es para nada suficiente, no somos la medida de todas las cosas, pero es un primer testeo que tenemos muy a mano. 

Perdón por la insistencia, pero es clave: 

No lo dejes para el final de la jornada, no lo libres a la inspiración del día, organízalo de modo que no sea una carga, planifica y programa. 

Comunicar lo que hacés, ofrecer tus servicios, acercar tus productos a tu público, debería ser algo placentero, no una carga pesada que “alguien” nos obliga a realizar. 

Optimiza tu tiempo. Aprovecha las herramientas.

Comunica cuando quieras, no cuando puedas. 

Y no publiques sin una estrategia de comunicación.