Hemos hablado numerosas veces sobre la importancia de contar con una estrategia de comunicación.
Una estrategia de comunicación es nuestro mapa, no solo es la que nos ordena si no que es la que nos indica cómo llegar de un punto A a un punto B.
Incluye tener definido nuestro target y nuestro buyer person, el tono de comunicación con el que nos dirigimos a ellos, una estrategia de contenidos y una clara definición de objetivos que persigue nuestra estrategia de comunicación.
¿Cualquier objetivo? No, hablamos siempre de objetivos SMART.
Si te preguntan “¿cuál es tu objetivo?” y tu respuesta es “llegar a todo el mundo”, vamos mal.
Nuestros objetivos deben ser SMART y no solo por el guiño a “inteligente” que indica la palabra en inglés.
El objetivo que nos fijemos debe ser:
Específico (Specific), medible (Mensurable), alcanzable (Achievable), relevante y realista (Relevant/Realist) y temporario (Temporary).
Es decir, debemos definir objetivos de relevancia que se puedan medir y alcanzar en un periodo específico y delimitado de tiempo.
¿Cómo cuáles? Vamos a ello.
Ejemplos de objetivos SMART
“Incrementar un 15% de tráfico a mi web en dos meses”
“Duplicar las visualizaciones de mis videos de Tik Tok en 30 días”
“Sumar 100 seguidores a mi cuenta de Linkedin en un mes”
“Incrementar un 10% los suscriptores a mi canal de YT en un mes”
“Alcanzar el 2,5% de engagement en Instagram en el próximo trimestre”
“Incorporar 100 nuevos miembros al grupo de Facebook de mi marca en los próximos 30 días”
Y así sucesivamente.
Los objetivos SMART que nos planteemos no solo nos permiten informarnos —con datos, no con subjetividades emocionales— cómo está yendo nuestra comunicación, también nos organizarán los contenidos del mes en torno a ellos, incluyendo la etapa del funnel o embudo de conversión a la (o las) que estemos apuntando.
¿Cómo pensar los objetivos SMART?
Una práctica recomendable sería pensarlos, al menos inicialmente, como objetivos mensuales.
Definir primero cuál o cuáles van a ser nuestros objetivos de comunicación del mes y, en función de ello, programar la creación y programación de los contenidos del período.
Si bien se recomienda un seguimiento cotidiano de los resultados que se van obteniendo, al final del mes tocará hacer un análisis exhaustivo de las métricas, no solo las generales, sino las que específicamente se correspondan con los objetivos SMART que hayamos definido para el período en cuestión.
No siempre la métrica que más nos interesa es la cantidad de seguidores, o de likes en una publicación, bien puede ser la cantidad de veces que nuestro contenido se ha compartido, o el tiempo de permanencia y visualización de nuestros videos.
¿Te animas a definir tus próximos objetivos SMART?